“El que no vive para servir no sirve para vivir” una frase corta que puede adoptar varios significados y que a mí me gusto para iniciar ésta entrada.
En lo personal soy una persona que procuro no regresar a un lugar en el cual he recibido un mal servicio y por ende no lo recomiendo, a su vez regreso y recomiendo aquellos negocios de los que he recibido un buen servicio. Me imagino que así como yo habremos muchas personas. Y es que ¿A quién no le gusta ser bien atendido? Más si estas pagando por ese servicio, ya bastante tenemos con aquellos servicios que pagamos, son pésimos y que inevitablemente por una u otra razón debemos de seguir consumiendo, como el transporte público.
Hace unos días mande a hacer mis tarjetas de presentación, desde la forma en que me atendieron no me gusto, me prometieron enviar el diseño a mi correo lo cual nunca hicieron y por último quedaron muy formales en la fecha de entrega la cual no cumplieron, les aseguro que es muy poco probable que yo los recomiende o vuelva a cometer el error de encargarles un trabajo. Por otro lado, el año pasado mande a empastar mis tesis en un lugar que me gusto el trato que tuvo la persona que me atendió, la entrega fue puntual y a pesar de un pequeño error en el trabajo yo quede a gusto y en días pasados recomendé el lugar para volver a contratar sus servicios.
Ejemplos se me ocurren muchísimos, ponte a pensar cuántas tiendas quedan cerca de tu casa, ¿A cuál vas a comprar? Muy probablemente a la que te queda más cerca, pero también es muy probable que prefieras ir a la tienda donde recibes un buen trato, donde encuentras lo que buscas, donde los refrescos están fríos, donde sí tienen cambio, en fin, teniendo tantas opciones lo más seguro es que elijas la mejor.
Pero, ¿Y tú? ¿Qué servicio estas brindando? ¿Es de calidad? Es muy fácil quejarnos pero no nos detenemos para hacer una crítica a nosotros mismos. Es recurrente el error en el que caemos al creer que para hacer crecer tu empresa o para generar mayores ventas e ingresos, debes hacer una inversión fuerte, no nos damos cuenta que un cambio en el servicio que brindamos puede marcar la diferencia. Tal vez debemos tomarnos un tiempo para darnos cuenta de la importancia que tiene el dar un buen servicio, no hay mejor publicidad que la que se da de boca en boca, es decir, cuando una persona que ya consumió tu producto o servicio te recomienda con otra.
Antes de hacer una inversión fuerte analiza la calidad de servicio que brindas. El mercado está muy competido y si quieres marcar diferencia, comienza con brindar un servicio de calidad, no hay mejor publicidad que un cliente satisfecho que te recomiende. Recuerda que el cambio empieza por uno mismo.
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